lunes, 20 de junio de 2011

Julieta.


En esta soledad donde
nadie me acompaña,
siento el incontenible deseo de llorar.
En mi surgen las ganas de aniquilar
todo indicio de felicidad, toda
señal de vida; todo
momento que en mi produzca serenidad.

A esta tristeza, tan huérfana de motivos y razones,
sólo le sirve el amor de lejos;
un amor de erizos distantes que se lastiman,
que se violan en un imaginario
construido con dolor y nauseas.

En donde el falso y embriagado escape
de sonrisas, se realza absurdo en un
desperdicio de ficticias alegrías.
Un instante de inmensas dudas resueltas
con más dudas; un viaje mental
tan profundo que lastima a esos contemporáneos
fugaces.

Una llamada cobarde y cruel de auxilio;
una indiferencia tan profunda
que mortifica el romántico sueño de la paz.
¿Qué queda de esta esencia aferrada a marchitarse
entre las sombras de la distancia?.

Un melancólico estertor, un pujante alarido
de muerte aferrado a ver la luz, y luego,
descender bajo la vanidosa forma de un
cuerpo humano. Compacto como
todo sueño y anhelo; desperdiciado por
las indómitas olas de impaciente consciencia,
senil de amores, mas no de traiciones.

A este ebrio de olvido y malestar,
sólo le queda la esperanza desterrada
a un sitio mental húmedo, frío, pútrido; tan hondo
que ni siquiera la vida misma puede ahí
tirar sus porquerías.

Tan profundo que hace de la
esperanza de Benetti algo inútil....
vacío y verdaderamente manso.
Tan frío que hace del más intenso fuego del amor,
la más terrible y sórdida sombra de soledad.

Hoy, cuando más sólo me siento,
me postro a contemplar el paisaje gris de ayer.
Observando en cada rayo de luz, la desesperanza de un
día que termina e inicia otro; con las mismas
frías y secas palabras con que partió la vida;
la esperanza sangrienta y maltrecha de ayer.

domingo, 12 de junio de 2011

Sobra y basta decir te quiero.



Por ahora me es suficiente
decir te quiero.

Basta quererte y no metirte,
basta quererte y nada más.

Resulta práctico y cómodo
para los fantasmas internos,
el que sólo sepan que te quiero.

Encuentra en estas
palabras lo que necesites, y
no me obligues a decir nada más.

No me obligues a decir lo
que no quiero, no siento, no debo,
no existe...

No necesito decir nada que
no necesito para saber ,y que sepas,
que te quiero.

Porque cierto es que te quiero:
mas no me obligues, ates o tortures.
No me cantes, no me sufras... no me llores,
no me beses ni me ames.

Pues sólo te quiero... y nada mas.